En ocasiones anteriores ya
hablamos en este blog de la Ley
de Transparencia y el derecho de acceso a la información pública. Nada
podemos celebrar, después de reclamarla tanto, hoy que se ha aprobado. Sin
consenso, por supuesto. Y nada de Derecho Fundamental, no, un derecho
ordinario, sujeto a cualquier ley que permita denegarlo.
Este truño pestiñoso que nos sitúa
por detrás de Ruanda (cuya ley, aprobada este año es mucho más avanzada) y a la
cola del ranking internacional de transparencia, es otra PProducción ¡Qué se va
a esperar de Caraplasma y sus compinches! La misma transparencia que aplican en
su partido al caso Bárcenas la trasladan al Estado y así nos luce el pelo. Éramos
los únicos que carecíamos de ella en Europa y a todos los efectos así seguimos.
¿Usted quiere saber qué
cuentas echan para decir que es más rentable privatizar un servicio público que
mantenerlo (hospitales, seguridad, comedores escolares…)? Pues va a ser que no.
¿Quiere conocer las cuentas de la Casa Real? Tampoco. ¿Lo que se aporta al mantenimiento
y patrimonio de la Iglesia católica en todos sus frentes? Usted es una persona
francamente ilusa, demostrado.
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