jueves, 11 de diciembre de 2008

Desaparecidos durante la dictadura franquista

Mi siguiente novela, Luciérnagas en la memoria, es sobre una época histórica cercana, aunque se desarrolle en el pasado siglo. Ya está acabada pero, cuando la empecé, poco se sabía en España sobre los desaparecidos bajo la dictadura franquista. El personaje de la maestra "desaparecida" podría ser una más de los 1.246 computados en Asturias, 114.266 personas en total entre el 17 de Julio de 1936 a Diciembre de 1951.
Videla decía que mientras sean desaparecidos no puede haber ningún tratamiento especial. Es una incógnita, es un desparecido, no tiene identidad, no está vivo ni muerto. Está desaparecido. Missing. No hay nada peor que la desaparición de un ser querido, no queda ni un lugar donde llorarle e imaginas sin límites el terror sufrido. No puedes dar rienda suelta a la indignación por la impunidad del delito, no puedes emprender acciones legales, pedir responsabilidades. No hay cuerpo que abrazar, justicia que ejercer. Sólo tienes miedo de que el timbre suene a medianoche y también a ti vengan a buscarte.
Frente a la anestesia y la amnesia, os recomiendo leer el Auto del Juez Garzón. No tiene desperdicio. Y aunque lo único que se haya logrado con el proceso interruptus es oir su voz, merece la pena. No les devolveremos la vida, pero si podemos asumir la ignominia sobre la que se construyó, una grande y libre, la nación española. Sobre todo, porque los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo.



5 comentarios:

Daniel dijo...

Pilar, te acuerdas cuando criticabamos, a los argentinos y chilenos, por mirar para otra parte, en los asesinatos de sus dictaduras militares. Saludos

Lemkin dijo...

Querida Pilar, ya terminé con eso... Está muy bueno. Te llegan los correos? Me figuran como revotados. Porfa avisame. Gracies, Manuel García Fernández

Anónimo dijo...

¿Cuándo sale al mercado tu próxima novela? Estoy deseando leerla.

Alfredo dijo...

Sin embargo, debemos ser amplios de miras, porque fue una guerra civil, y no debemos caer en la tentación de pensar que todos los malos eran de una ideología (franquistas) y todos los buenos eran de otra (republicanos), porque no es cierto, porque no todos los que defendieron el gobierno en aquel momento eran republicanos, porque las "checas" existieron, porque igual se mataba a un enlace sindical que a un alcalde de derechas, a un cura o otro por ir a misa. Porque yo, como casi todos, he tenido un abuelo en cada bando, y a uno lo persiguieron por ser del sindicato, y el otro se tiró al monte porque le vino a buscar el ejercito republicano, simplemente porque como todo el mundo decía que era de "derechas", le iban a ajusticiar. Así, que si juzgamos, juzguemos a todos, si perdonamos, perdonemos a todos... y remover viejas rencillas, pasados 70 años, es buscar reabrir heridas. Una cosa es encontrar familiares perdidos, y para eso ya hay una ley y otra cosa es hacer una nueva guerra civil. Y si eso es lo que se quieren, conmigo que no cuenten.

Anónimo dijo...

Muy señor mío:

la única diferencia es que unos tuvieron cuarenta años para honrar a sus muertos y otros no sabemos dónde se hallan los cuerpos de los nuestros.
En cuanto a una nueva guerra civil, eso solo lo dice el señor Gimenez Losantos, le recomiendo cambiar de cadena. Yo sólo quiero saber dónde está mi madre para honrar su memoria.