Hace más de cuarenta años, en una zona remota, abandonada de la mano de Dios, con malas comunicaciones y en vías de extinción, un hombre, debajo de la boina, tuvo una idea fija: rescatar de los desvanes de la memoria los restos del naufragio de un mundo rural que iba a pique. El avance de la civilización, la modernidad, excluyó del uso madreñas, tornos, aperos de labranza, cacharros de cocina… la madera y el hierro de fabricación artesanal fueron sustituidos y arrinconados, y él los salvó de la destrucción. Y así, por obra y gracia de su mano, mediante su empeño personal y con la insistencia pertinaz de los iluminados, convirtió en tesoros aquellas pequeñas piezas cuyo destino era la basura, el vertedero de los tiempos, donde la inutilidad condena a los útiles que permiten el desarrollo de la vida cotidiana.
Ese es nuestro patrimonio, el de la Asturias rural que ya no existe –somos la comunidad autónoma con más pueblos abandonados- y su conservación permite el estudio de los oficios, las costumbres y tradiciones de nuestra sociedad. Eso se llama Etnografía, aunque él no le hubiera puesto nombre cuando ya estaba obsesionado con aquella idea.
Hace veinte años, aquella colección se convirtió en museo, el Museo Etnográfico de Grandas de Salime, y aquel hombre fue nombrado merecidamente director, con un sueldo de ordenanza, eso sí, castigado por no tener estudios, por no ser dócil, por carecer de la conveniente filiación política. Y el museo revitalizó la comarca, devolvió la dignidad a los humildes cacharros de los humildes abuelos, convirtió lo viejo en antiguo y cambió el desprecio por valoración. Dentro de dos años se hubiera jubilado. Y ahora le han destituido por la espalda, a él, que nunca dejó de decir nada a la cara.
José Naveiras, Pepe el Ferreiru, es una persona independiente, un espíritu libre y eso es algo que no pueden perdonar los estabulados, acostumbrados a mandar y que obedezcan, a gobernar con el mismo caciquismo y clientelismo que ya denunciaba Jovellanos, esa lacra tan española que no hemos conseguido erradicar. La famiglia (dígase susurrando con acento italiano mientras entorna los párpados) ha tomado la decisión de apartar al Ferreiru de su vida y su obra, de sustituirlo sin contar con su opinión, sin consultar su decisión, sin comunicárselo personalmente, sin cerrar el trato con un apretón de manos, como hubiera hecho él. Ni un agradecimiento a los servicios prestados, como consta en cualquier cese, merecido o no. Lo de no dejarlo entrar a recoger los trastos al que fue su lugar de trabajo durante 26 años, culmina el despropósito. No son formas.
Haxa salú, que vergoña hai poca.
Ese es nuestro patrimonio, el de la Asturias rural que ya no existe –somos la comunidad autónoma con más pueblos abandonados- y su conservación permite el estudio de los oficios, las costumbres y tradiciones de nuestra sociedad. Eso se llama Etnografía, aunque él no le hubiera puesto nombre cuando ya estaba obsesionado con aquella idea.
Hace veinte años, aquella colección se convirtió en museo, el Museo Etnográfico de Grandas de Salime, y aquel hombre fue nombrado merecidamente director, con un sueldo de ordenanza, eso sí, castigado por no tener estudios, por no ser dócil, por carecer de la conveniente filiación política. Y el museo revitalizó la comarca, devolvió la dignidad a los humildes cacharros de los humildes abuelos, convirtió lo viejo en antiguo y cambió el desprecio por valoración. Dentro de dos años se hubiera jubilado. Y ahora le han destituido por la espalda, a él, que nunca dejó de decir nada a la cara.
José Naveiras, Pepe el Ferreiru, es una persona independiente, un espíritu libre y eso es algo que no pueden perdonar los estabulados, acostumbrados a mandar y que obedezcan, a gobernar con el mismo caciquismo y clientelismo que ya denunciaba Jovellanos, esa lacra tan española que no hemos conseguido erradicar. La famiglia (dígase susurrando con acento italiano mientras entorna los párpados) ha tomado la decisión de apartar al Ferreiru de su vida y su obra, de sustituirlo sin contar con su opinión, sin consultar su decisión, sin comunicárselo personalmente, sin cerrar el trato con un apretón de manos, como hubiera hecho él. Ni un agradecimiento a los servicios prestados, como consta en cualquier cese, merecido o no. Lo de no dejarlo entrar a recoger los trastos al que fue su lugar de trabajo durante 26 años, culmina el despropósito. No son formas.
Haxa salú, que vergoña hai poca.
9 comentarios:
Gústame y si no te da más voy pasálu pa Mr Reivaj
Me ha gustado mucho Pilar, gracias.
Belinda Naveiras (hija de Pepe)
Gracias, has plasmado a la perfecion el sentir de mucha gente, en mi caso lo mismo que siempre dijo "pepe ¡"si supiera escribir todo lo que me pasa por la cabeza"!
Gracias, por encontrar las palabras al sentimiento que me acompaña desde hace unos días.
Ahí, Pilar, con dos ovarios, que aquí nos estamos jugando mucho y hace falta gente que sepa explicarlo...
Me parece un resumen excelente de lo leído estos días. Muchas gracias.
Pues a mí este indigno cese me suena a política de tierra quemada. Como si el del Audi A8 hubiera dicho "voy a hacer lo que me dé la gana que las consecuencias ya las pagarán otros".
Por otra parte, el texo impecable, como todos los de su autora.
hoy escuche en la cope por parte de un tipodisparates sobre el ferreiro.tengo que decir;,pagamos entrada ,estaba todo limpio,cada cosa donde debia estar la coleccion de madreñes el no va más, barberia,sastreria peluqueria,tienda-barr´habitaciones telares, la escuela,el horriu,etc.impresionante de de cuidao y limpio,la cantidad tremenda de todas claes de utensilios prendas mueblesetc. Es impresionante ,es apabuyante ,es hermosisimo deverr y constatar el trabajo tremendoy constante y el amor tan grande a su tierra y sus raicesy esas gentes que confiaron en el ¿no merecen respeto? el museo es de el ferreiro sus gentes y de todos los Asturianos Los demas vienen a cadarse lo que no es suyo y como siempre a destrozary quedarse lo que puedan y depaso llevarse grandes sueldos unos cuantos. Lo de siempre,unos trabayen y otros ganen. ¡ QUE NO TOQUEN EL MUSEU ¡"
Pilar: me he quedado muy sorprendido con esta valiente y honesta entrada, en una región donde no hay sociedad civil y la política lo enmierda todo.
Te mando un fuerte abrazo. Otro pa Pepe y familia.
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