lunes, 13 de septiembre de 2010

Sobre las despedidas de soltería y el mercado de la carne


Habrán ustedes notado como proliferan las despedidas de soltero/a en nuestras ciudades últimamente. Raro será si un sábado por la noche no se tropieza con un grupo vocinglero en el que destaca la pastorcilla, el indio, la abeja maya, una vaquera… A ellas las reconocerá porque llevan unos penes de plástico a modo de antenas. Si es de chicos observará que todos llevan la misma camiseta identificativa, generalmente lamentando la suerte que va a correr el marcado sujeto que, entre ellos, intenta llevar con dignidad el ridículo atuendo asignado por la febril imaginación de ¿sus amigos? (No se si considerarlos tales…) Entre los más destacados que puedo señalarles, un novio al que ataron a un cerdo toda la noche y otro al que esposaron a un enano vestido de bailarina y así se exhibió toda la noche.


Las despedidas se han convertido en un negocio fantástico y las avispadas empresas ofrecen menú o carta. Una vez decidido el lugar, lo menos complicado es elegir un “todo incluido” de diferentes precios y al base se van sumando suplementos. El catálogo ofrece todas las opciones: camisetas serigrafiadas, disfraz –a elegir- para la víctima y complementos para los acompañantes, cena, una ruta de lugares para comer, cenar y tomar copas y, por supuesto, espectáculo erótico. Si la despedida es de soltero, la sex girl cobrará, digamos, 30 euros con derecho a sobeteo. Pero si es una soltera, el sex boy cobrará 50 € y si se le empina porque las asistentes se la toquen o chupen, un suplemento de 20€.

¿Cómo les ha quedado el cuerpo? Me vino esto a la cabeza con motivo de la caída de una red de prostitución masculina, donde sus integrantes reconocían que cobraban mucho más que las mujeres (algo así como tres veces más el servicio mínimo, excepto colgateras) Encima, en el sector masculino la mayor parte son autónomos y voluntarios, mientras que las mujeres suelen estar obligadas y, por supuesto, la mitad o más de lo que ganan va para el rufián que las esclaviza.

Me hago algunas preguntas: ¿Deviene esta diferencia del machismo latente/patente en nuestra sociedad? ¿Está nuestra carne devaluada –salvo la ternera de primera o carne roxa-? ¿Son los homosexuales más pudientes que los hetero? ¿Cobramos menos como trasunto de la diferencia salarial entre hombres y mujeres? ¿O cobramos menos por la ley de la oferta y la demanda? Esto es, si uno de cada tres españoles va de putas imaginen el mercado que tiene que haber… además la mayoría es ilegal, eso abarata los precios sobremanera…

Como si no nos dieran bastante pol culo, con perdón.

2 comentarios:

Guti dijo...

Lo de les despedides de soltería siempre me paeció bastante raro. Bueno, no; el raru debo de ser yo. En habiendo una excusa pa moñase y descontrolar, la xente se apunta.

Lo de los sueldos de homes y muyeres nesti oficiu, non me paez raro. Hai munchos menos homes, deben de ser un "artículu" un poco más "selectu", y supongo que tamién son más difíciles de tener secuestráos y violentáos. En habiendo muyeres, que tienen muncha demanda y son fáciles d'estorsionar, los que faen estos "negocios" nun se compliquen la vida, y secuestren a muyeres. Oferta y demanda, vaya.

Eso sí, eso de que ún de ca tres homes va de putes siempre me paeció mui aventurao, y políticamente correuto (por desgracia), pero nun me lo creo. Quien publica eses estadístiques nun sé si piensa nos homes que conoz.

Anónimo dijo...

Lo del precio tiene su porqué. Usted. no sabe lo difícil que es mantenella, o justo todo lo contrario. En cualquier caso existe una dificultad laboral añadida que, al margen de otras consideraciones, habría que tasarla a la hora de hacer el pago.