El multimillonario americano Warren Buffet reclama impuestos para los más ricos (seguramente el déficit sea calderilla en su bolsillo) Sus homólogos franceses piden otro tanto. Mientras, Berlusconi dice que si y ahora que no (igual se percató de que sería uno de los paganos) En España hubiera debido hacerse lo primero, eso esperaría una de un gobierno socialista y no que amenace reformar la Intocable así, sin el preceptivo referéndum, como regalo de despedida. Y el PP, por su parte, dice que subir los impuestos equivale a más paro (¡cómo si trabajaran!) así que de tocarlos nada, antes la Constitución que los impuestos.
La congresista americana Michelle Bachman (otra loca del Tea Party) se descuelga con que el huracán Irene fue un castigo divino, causado por el déficit. Y por tener a un presidente negro, of course. Después de la JMJ, la secta de los kikos (nada que ver con el maíz tostado) reúne miles de personas en la Cibeles, casi tantas como seguidores del Madrid cuando ganan algo, para mostrarles el Camino. Rouco orgasma entre tanta manifestación religiosa y pone a Dios por testigo de que cualquier gobierno que venga se tendrá que entender con él (¿o con Él?)
Debe ser que estoy muy sensible, pero cada día me cuesta más pasar la página, por temor a enfrentarme a la siguiente. Y, al final, sólo sumo motivos para la indignación. Así va a ser difícil que muera el 15-M.
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2 comentarios:
Hay poco que añadir. Visto lo visto, ¡ojalá!aumente exponencialmente el número de indignados pero en todo el mundo.
qué bien que Hessel se declarase admirador de Zapatero.
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