Muchas entradas anteriores están dedicadas a la crisis y los recortes. La crisis no cesa y los
recortes aumentan. Está claro que vivimos tiempos impredecibles y eso es
estimulante, puede ser hasta bueno. Lo malo es que si todas las predicciones
tienen la misma validez que la de Rastani, el falso agente de bolsa que
acongojó al mundo e hizo caer al mismo, te cagas, con perdón. Sobre todo porque
sería un impostor, pero discípulo de Perogrullo: “La crisis es un sueño para
quien quiere hacer dinero”. Las verdades, como puños.
Está claro que la crisis la pagan los de siempre, los
currantes y los pobres. Los ricos se hacen más ricos, o más, en todo caso. Por
eso, una piensa: ¿No formamos parte de la misma tropa? ¿No estamos afectados
por igual? ¿No deberíamos, por tanto, unir las fuerzas? Pero no. Esto es una
jaula de grillos. Los lunes, profesores de Castilla-La Mancha; los martes,
sanitarios en Catalunya; los miércoles, bomberos de Murcia; los jueves,
chatarreros de Ciudad Real; los viernes, profesores de Madrid y volvemos a
empezar. Hoy CCOO, mañana UGT, pasado –rellene su sindicato-, y vuelta al ruedo. ¿Seré el gen caníbal de los neandertales evolucionado a insolidario?
Los recortes nos afectan a todos, a todas. La crisis nos
golpea por igual. Salvo que a Vd. Le atienda la sanidad privada y mande a sus
cachorros a la concertada –cada vez más subvencionada-, le va tocar, los cojones,
la cartera, la hipoteca. Pero nada. Cada uno a su bola una vez más. Camisetas
verdes, rojas y blancas que solo coinciden en que se reactive el sector de las
chapas.
Ya lo decíen los mayores: Lo que fae falta ye unidá. Y si no
les queda claro, ahí va (que importa sea sermón de Martin Niemoeller o poema de Bertolt Bretch)
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Luego, pasa lo que pasa. Estáis avisadas, están avisados.
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