sábado, 1 de octubre de 2011

De recortes y grillos



Muchas entradas anteriores están dedicadas a la crisis y los recortes. La crisis no cesa y los recortes aumentan. Está claro que vivimos tiempos impredecibles y eso es estimulante, puede ser hasta bueno. Lo malo es que si todas las predicciones tienen la misma validez que la de Rastani, el falso agente de bolsa que acongojó al mundo e hizo caer al mismo, te cagas, con perdón. Sobre todo porque sería un impostor, pero discípulo de Perogrullo: “La crisis es un sueño para quien quiere hacer dinero”. Las verdades, como puños.

Está claro que la crisis la pagan los de siempre, los currantes y los pobres. Los ricos se hacen más ricos, o más, en todo caso. Por eso, una piensa: ¿No formamos parte de la misma tropa? ¿No estamos afectados por igual? ¿No deberíamos, por tanto, unir las fuerzas? Pero no. Esto es una jaula de grillos. Los lunes, profesores de Castilla-La Mancha; los martes, sanitarios en Catalunya; los miércoles, bomberos de Murcia; los jueves, chatarreros de Ciudad Real; los viernes, profesores de Madrid y volvemos a empezar. Hoy CCOO, mañana UGT, pasado –rellene su sindicato-, y vuelta al ruedo. ¿Seré el gen caníbal de los neandertales evolucionado a insolidario?  

Los recortes nos afectan a todos, a todas. La crisis nos golpea por igual. Salvo que a Vd. Le atienda la sanidad privada y mande a sus cachorros a la concertada –cada vez más subvencionada-, le va tocar, los cojones, la cartera, la hipoteca. Pero nada. Cada uno a su bola una vez más. Camisetas verdes, rojas y blancas que solo coinciden en que se reactive el sector de las chapas.  

Ya lo decíen los mayores: Lo que fae falta ye unidá. Y si no les queda claro, ahí va (que importa sea sermón de  Martin Niemoeller o  poema de Bertolt Bretch)
   
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Luego, pasa lo que pasa. Estáis avisadas, están avisados.

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