El nacionalcatolicismo es una de las señas de identidad
ideológica del régimen fascista con el que Francisco Franco gobernó España
entre 1939 y 1975. Su manifestación más visible durante el franquismo fue la
hegemonía que tenía la Iglesia Católica en todos los aspectos de la vida
pública e incluso privada. Y aquí estamos de nuevo, no me extraña que los
cachorros del PP se fotografíen con el aguilucho en la bandera, no engañan a
nadie, ese es su referente.
La Religión (católica, por supuesto) vuelve a estar presente
en los colegios como asignatura evaluable, equiparada al mismo rango que las
Matemáticas ¡toma ya! Y dado que el Tribunal Supremo se dedicaba a declarar
ilegal la separación por sexos… eliminamos el Tribunal Supremo (esperen, falta
poco) digo, cambiamos la ley para garantizar que los niños con los niños y las
niñas con las niñas. Garantizando, de paso, la subvención a centros privados,
religiosos y concertados.
Pero eso sabía a poco a nuestros integristas gobernantes y en
una nueva vuelta de tuerca (¿cuántas van ya?) modifican la Ley del Aborto,
retrotrayéndonos a los oscuros tiempos de la clandestinidad y alejándonos de
una Europa cada vez más sorprendida por el involucionismo que se está
produciendo en España. Únicamente la extrema derecha de Le Pen aplaude la
vuelta a las cavernas, es sobradamente significativo. Y la Iglesia católica,
por supuesto, cuya tenebrosa y obsesiva misoginia encuentra refugio en este país,
ahora que en el Vaticano soplan tiempos presuntamente aperturistas.
La Iglesia paseó el Fascismo bajo palio y ahora tiene al
Gobierno bajo la sotana. Verá usted el sórdido crucifijo retornar a las escuelas,
a las mujeres viajar al extranjero para abortar y las cárceles llenas de
pacíficos protestantes convertidos en presos políticos. ¿Les suena semejante
panorama?
3 comentarios:
El análisis que haces de la situación política de España es propio de una fanática alucinada y sin el menor contacto con la realidad. Sal a la calle y verás.
Pues yo creo que se queda corta. Quien no pisa la calle y vive alejado de la realidad es este gobierno
El fanático defiende apasionadamente sus ideas y opiniones, el problema lo hallamos cuando los fanáticos religiosos gobiernan y convierten sus creencias en ley, por encima del Estado de Derecho.
Alucinante es que en el siglo XXI el aborto sea considerado pecado y no un derecho, y la religión se considere una asignatura y no una opción personal.
En este país la separación de poderes no existe de facto y menos el Estado aconfesional que dicta la Constitución.
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