Resulta curioso -aunque muy
en la onda de este Gobierno restrictivo represor- que, mientras en Colorado se
legaliza la venta de marihuana con fines
recreativos y Uruguay regula la producción, distribución y venta, en España retrocedamos,
una vez más, sobre la legislación vigente.
El Gobierno quiere aprobar,
con toda la oposición en contra, la llamada Ley para la Protección de la
Seguridad Ciudadana que, entre otras medidas polémicas, triplica -a sanción
mínima por tenencia de estupefacientes en vía pública, prohíbe los cultivos
domésticos de cannabis, a pesar de que su consumo privado es legal, y elimina
la posibilidad de sustituir las multas de posesión de drogas por un tratamiento
de desintoxicación.
Otro nuevo retroceso que no
se explica si no es porque este Gobierno quiere monopolizar su producción y consumo.
Para mí, que han descubierto las bondades de esta hierba –los famosos brotes
verdes-, pero de tanto fumarla se han colgado y tienen visiones, sufren
alucinaciones, manía persecutoria, pérdida de memoria, etc. ¿No ven que no se
paran de reír? Guindos se descojona, a Montoro le da la risa histérica, Wert
tiene ya la vista extraviada de contener las carcajadas, Matos confunde confeti
y nieve, Báñez habla con la Virgen, Gallardón se cree el mismo Escrivá de Balaguer…
Se dobla el número de pobres
y los ricos duplican su riqueza. La corrupción queda impune en España, donde la
marca de la casa es cargarse a los jueces que la investigan. Y a usted y a mí,
como se nos ocurra plantar marihuana en casa para aliviar los dolores de cabeza
que nos provocan y ver la vida un poco más color de rosa, zas en toda la boca.
Van colgados, muy fumados y,
además, no invitan. En mi tiempo, se les llamaba ratas.
2 comentarios:
Me encanta el artículo, Pilar, breve y resolutivo.
Que interesante, realmente muy cierto!!
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