domingo, 18 de mayo de 2008

El primer ejemplar

El primer ejemplar está en mis manos. Tiene el olor de los libros nuevos y la pátina de un libro antiguo, como merece la historia narrada dentro. Vuelvo a releerlo, pero esta vez ya no es para corregirlo. Me envuelve una extraña sensación, la de ser otra persona que no la autora, e intento que mis ojos no reconozcan como propia cada letra, dejar que aún me sorprenda. Y lo hace. Es una buena novela, un novelón de romanos, una narración épica que sorprenderá a los lectores.

El período de documentación (como soy documentalista disfruto mucho en esta etapa previa) duró un año y medio y me enorgullece deciros que no hay dato, de hechos o costumbres, indígena o romano, que no fuera ampliamente contrastado.

Fue también importante el trabajo de campo, siempre lo es. En los comentarios a la entrada anterior hay uno de Javier el Moreno que os recomiendo. Cuelga en él el blog del itinerario que un grupo de amigos hicimos a la Carisa, buscando los escenarios naturales donde se narra la contienda. Subir a las alturas y en el pretorium del campamento romano que allí se asienta, a 1.800 m., intentar ver con ojos de romano este lugar en los confines de la tierra, al norte de Hispania, al extremo del Imperio.

Tembién estuve en Roma, en Capri -en la villa de Augusto- y en Pompeya. Para ver con los ojos de Imborg una villa romana, amplia y luminosa, cubierta de pinturas, columnas y estatuas, jardines y viviendas anejas, tan distinta de las cabañas de su aldea. Y en varios castros, persiguiendo sus sueños, sus sentimientos durante los días grises del invierno cerrado.

Sobriedad frente opulencia, dos mundos enfrentados al borde del cambio de era. Dos mundos tan distintos y variados, de la Diosa primigenia a los dioses de mármol. Y, sin embargo, podría ser una historia de israelís y palestinos, Tibet frente a China, indígenas en cualquier país latinomericano, conquistadores en América, en Asia, en África... Es la historia de todas las guerras.

Ya tengo ganas de que podáis leerla. Entre sus páginas, Imborg os espera.