Patti Smith fue uno de mis primeros ídolos, así, en femenino, masculino y neutro. Andrógina, desgarbada, poetisa y punk, dueña de una voz que conserva increíblemente limpia, potente, desgarradora. A sus 63 años, superviviente en mil batallas, cual ave fénix, conserva el feeling de los grandes. El de ayer fue un recital de los que deja buen sabor de boca
Musa de artistas y cantantes, desgrana las palabras en un inglés modulado e impecable, pero es cuando su voz se eleva sobre la guitarra, cuanto su timbre oculta el sonido del piano cuando de verdad te crees que esta allí, ella, la estrella del rock, la madrina del punk, la comandante de la Orden de las artes y las letras de Francia. Alza el puño para gritar “People have the power” y te lo crees, la fuerza de la palabra. Vibra “Because the night” en su garganta y acuden los recuerdos de la Jukebox, donde por un duro (cinco pesetas) sonaba la más grande -antes de los CDs, MP3 y emule, of course-.
Qué lejos del botux, los implantes, la artificiosidad de aquellas que sólo viven de su belleza comercial. Qué fuerza, qué poder, qué Gloria.
1 comentario:
estoy totalmente de acuerdo contigo, estoy harta de escuchar en el trabajo mujeres que rondan los cuarenta hablando de botox, ácido hialurónico(o como se diga) y demás historias que nos hacen ser infelices
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