Tras 17 años de retrasos, promesas y amagos, la cárcel de Oviedo alberga, por fin, las instalaciones del Archivo Histórico de Asturias. La inauguración corrió a cargo de la ministra de Cultura (Sin De-scargas) en presencia de autoridades regionales y locales y un público variado del gremio de la cultura. Como asturiana, un placer traspasar sus muros, ver abiertas las verjas de lo que un día fue símbolo de la ignominia y la represión política, recorrer en libertad patios y galerías. Excelente la reconstrucción del edificio y estremecedoras las celdas que se muestran ilustrando los distintos momentos por los que atravesó el penal desde su creación. Como profesional, una nueva oportunidad perdida, una ofensa en el siglo XXI. Me van a permitir, sin acritud, detallarles las causas de mi sincero malestar.
El proceso que están siguiendo los archivos en cualquier parte del mundo, especialmente en Latinoamérica para quienes deberíamos ser referente o, en su defecto, de quienes deberíamos tomar ejemplo, es la apertura a la sociedad. Devolver al pueblo la memoria, abrir las puertas de la Historia a sus protagonistas es el objetivo, más allá de ser depósito de documentos. Para ello no dudan en dedicar parte de sus espacios a salas de uso colectivo, para actos, cursos o exposiciones. Con el debido respeto, los espacios destinados a estos usos en el AHA es irrisorio y nada hace prever que aumenten ni que se abran a la ciudadanía. Y no será por falta de metros cuadrados…
Y aunque anunciaron durante el acto la página http://www.archivosdeasturias.info/ si acceden a ella se encontrarán con el calendario de actuaciones para el 2007, la antigua dirección en las Pelayas y ni una referencia a la nueva ubicación. Increíble. ¡En Internet! ¿Se lo pueden creer? Díganme algo que no tenga presencia en la red, aunque sólo sea para promocionarse… ¿No habrá habido tiempo en 17 años? Por supuesto, de fondos digitalizados en libre acceso, ni hablamos. (¿Digi-qué?)
El espacio para investigadores es fabuloso, eso sí, las mesas no disponen de enganche para el portátil y no hay señal de Wifi. Eso es más increíble todavía, concebir un espacio para el estudio y la investigación de nuevo cuño y prescindir de la funcionalidad más evidente que ofrece cualquier aula moderna. Nuevamente chocamos con la rancia concepción decimonónica de archivo e investigación. Así nos luce el pergamino.
Pero es que, además, han reducido el horario de apertura al público y el personal sigue siendo, aunque sobrado de entusiasmo y buena voluntad, a todas luces y como siempre, insuficiente por no decir irrisorio: la directora, un ayudante de archivos, tres administrativos y cuatro ordenanzas.
Mucha obra y mucha instalación pero no hay apertura virtual de los fondos ni aumentan los servicios presenciales. Supongo que es eso que tanto gusta a nuestros políticos, la estrategia del caracol: “Aquí tienen su joeputa cárcel pintada” Y detrás de la fachada, nada.
El proceso que están siguiendo los archivos en cualquier parte del mundo, especialmente en Latinoamérica para quienes deberíamos ser referente o, en su defecto, de quienes deberíamos tomar ejemplo, es la apertura a la sociedad. Devolver al pueblo la memoria, abrir las puertas de la Historia a sus protagonistas es el objetivo, más allá de ser depósito de documentos. Para ello no dudan en dedicar parte de sus espacios a salas de uso colectivo, para actos, cursos o exposiciones. Con el debido respeto, los espacios destinados a estos usos en el AHA es irrisorio y nada hace prever que aumenten ni que se abran a la ciudadanía. Y no será por falta de metros cuadrados…
Y aunque anunciaron durante el acto la página http://www.archivosdeasturias.info/ si acceden a ella se encontrarán con el calendario de actuaciones para el 2007, la antigua dirección en las Pelayas y ni una referencia a la nueva ubicación. Increíble. ¡En Internet! ¿Se lo pueden creer? Díganme algo que no tenga presencia en la red, aunque sólo sea para promocionarse… ¿No habrá habido tiempo en 17 años? Por supuesto, de fondos digitalizados en libre acceso, ni hablamos. (¿Digi-qué?)
El espacio para investigadores es fabuloso, eso sí, las mesas no disponen de enganche para el portátil y no hay señal de Wifi. Eso es más increíble todavía, concebir un espacio para el estudio y la investigación de nuevo cuño y prescindir de la funcionalidad más evidente que ofrece cualquier aula moderna. Nuevamente chocamos con la rancia concepción decimonónica de archivo e investigación. Así nos luce el pergamino.
Pero es que, además, han reducido el horario de apertura al público y el personal sigue siendo, aunque sobrado de entusiasmo y buena voluntad, a todas luces y como siempre, insuficiente por no decir irrisorio: la directora, un ayudante de archivos, tres administrativos y cuatro ordenanzas.
Mucha obra y mucha instalación pero no hay apertura virtual de los fondos ni aumentan los servicios presenciales. Supongo que es eso que tanto gusta a nuestros políticos, la estrategia del caracol: “Aquí tienen su joeputa cárcel pintada” Y detrás de la fachada, nada.
1 comentario:
impactada me deja tu comentario, Pilar. Muy certero y lo que cuentas, muy triste. Lástima después de tardar tanto hacerlo tan tan mal, quizás haya manera de mejorarlo, manda tu post a la prensa a ver si los políticos se animan a corregir errores. Gracias por abrirnos los ojos, Mª Jesús del Olmo
Publicar un comentario