viernes, 3 de septiembre de 2010

Gadafi, Berlusconi, amazonas y velinas

Los tunos son todos uno, decía siempre mi madre, y en el caso de estos dos impresentables el dicho se cumple con creces. Ambos son engreídos, soberbios, dictatoriales, manipuladores, carecen de sentido de Estado, de honor y de vergüenza. Podría enumerar más adjetivos, pero seguiría quedándome corta. Y además, son feos a rabiar, meten miedo a la luz del día no quiero imaginar de noche. Uno, entre liftings e injertos, parece un panchón de rígida corteza y no se por qué, cuando ríe, me recuerda a Chucky el muñeco diabólico. El otro, entre las carnes colgantes y la mirada asesina, parece un cruce de pachón y boxer.

Despojados de los hábitos presidenciales, su vanidad y egolatría sólo les serviría para ser los más chulos y macarras del puticlub, pues no veo yo que se les acercaran las mujeres si no fuera previo pago. Por desgracia, el hábito hace al monje y el poder convierte en irresistible adonis al putero. Iconos del macho viril, ambos se jactan de su poderoso atractivo. Gadafi viaja rodeado de un ejército de amazonas y Berlusconi tiene un ejército de velinas. Supongo que en las cumbres las comparten. Y por si no hay bastantes, hacen casting, que ahora resulta que el Islam sólo recluta modelos (para taparlas luego con un burka o adosar bombas a un 90-60-90 no le encuentro sentido, la verdad)

Y Berlusconi justifica el circo de Gadafi y Gadafi considera que Libia e Italia son una sola etnia y una religión (eso sí, la suya) Lo que les decía: los tunos son todos uno. Y es un circo, sí, con dos payasos patéticos que dan de todo menos risa. Pero ahí les tienen, adorados y envidiados por sus congéneres. Yo a mis congéneres que quieren que les diga, serán personas de buena figura que se exhiben ante sus clientes, pero no un ejemplo a imitar. Personalmente, si tuviera su estómago, comería fabada antes que gallinaza.

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