jueves, 9 de diciembre de 2010

Wikileaks: ¡Firmas contra el asalto a la Libertad de Información!

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los medios de comunicación casi nunca ofrecen la verdadera historia de lo que sucede a puerta cerrada, entre los bastidores de la política? ¿Y por qué los periodistas son amordazados o matados impunemente cuando intentan ejercer su derecho a informar? 110 periodistas muertos en 2009 y 66 en el año 2010 es un número suficiente para plantearse la pregunta y el caso de Wikileaks nos ofrece la respuesta:  porque cuando así lo hacen, los gobiernos pueden llegar a ser despiadados en sus respuestas. Y cuando esto ocurre, somos los ciudadanos los que tenemos que alzarnos en defensa de nuestros derechos democráticos a gozar de libertad de prensa y de expresión.

La feroz campaña de intimidación en contra de Wikileaks está estremeciendo a defensores de la Libertad de Información en todo el mundo. Expertos legales opinan que es probable que Wikileaks ho haya vulnerado ninguna ley. Sin embargo, destacados políticos estadounidenses lo han tachado de grupo terrorista y se ha llegado a insinuar que habría que matar a los miembros de su equipo. La organización está sufriendo un ataque masivo por parte de gobiernos y corporaciones, pero WikiLeaks se está limitando a publicar información facilitada por confidentes, en colaboración con algunos de los periódicos más prominentes del mundo (New York Times, The Guardian, Spiegel, El País…), quienes la examinan cuidadosamente antes de publicarla. De hecho, sólo 800 cables de los 250.000 entregados han sido publicados hasta la fecha.

El gobierno de los EE.UU. está agotando todos los posibles cauces legales para impedir que WikiLeaks publique más cables, pero lo cierto es que las leyes de ese país protegen la Libertad de Información.  Sin embargo, tanto su gobierno como los de otros países gustan de limitar de facto las libertades de prensa y expresión y de imponer su voz única, para lo cual utilizan los medios de comunicación a su alcance. De hecho, los mass media son cada vez más  el medio de comunicación del grupo que les sustenta, la voz de su amo, nunca mejor dicho. Pero no se han dado cuenta de que estamos en el siglo XXI y el reparto y el control establecido se limitan a los tradicionales: televisión, radio y prensa. Internet es un altavoz de alcance insospechado y el eco de una voz disidente puede convertirse en una amenaza para el orden fundado.  Lo estamos viendo, viviendo. Precisamente por ello es crucial que existan dichas leyes y que sólo a través de un proceso democrático sea posible reformarlas.

Es normal que existan desacuerdos sobre si WikiLeaks y los periódicos con los que está colaborando están diseminando más información de la que los ciudadanos debieran conocer; o si las informaciones publicadas debilitan el principio de confidencialidad diplomática y si eso es algo bueno. O sobre si el fundador de Wikileaks, Julian Assange, tiene la personalidad de un héroe o de un villano. Pero nada de esto justifica la encarnizada campaña de intimidación dirigida a silenciar un medio de comunicación legal emprendida por gobiernos y corporaciones.

De manera urgente, necesitamos unir nuestras voces en defensa de la libertad de prensa y expresión. Alza la tuya y firma la petición para poner fin al asalto.


Más información sobre los documentos secretos de Wikileaks en El País:


(Artículo en colaboración con la campaña de Avaaz para conseguir un millón de firmas)

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