martes, 31 de mayo de 2011

La Real Academia de su Historia de ellos

En este país no tenemos remedido. Aquí las heridas no se limpian ni se cosen, se dejan llenas de mierda para que críen pus y la sociedad se gangrene. Impunes quedarán los crímenes del franquismo, a los que cada día se suma alguno nuevo, como el robo de bebés. Los tribunales se ocupan de los jueces que intentan aplicar Justicia, los delincuentes de guante blanco quedan eximidos de su aplicación.

Y ahora la Real Academia reescribe la Historia al albedrío de los hagiógrafos del régimen anterior. Para centrarnos: en la Academia hay marqueses, duques y cardenales, en su gran mayoría nacidos en los años 20 y 30 del siglo pasado (80-90 años de media) y sólo 3 mujeres entre 40 historiadores alfa.

Y el 23-F no fue un golpe de estado, son los “sucesos del 23-F” Y los 40 años de franquismo no fue una dictadura, oiga, el gallego era un poco autoritario, nada más. Según dice su director, Gonzalo Anes, Marqués de Castrillón, el término dictadura no es significativo, los jóvenes no lo entienden. Inefable.

La biografía de Franco la escribe el presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos, medievalista por más señas y el único que lleva accediendo en exclusiva a los fondos de la fundación Francisco Franco hasta su reciente digitalización. Un dechado de independencia, como pueden ver. Y del dictador (perdón, mandón) dice

-"Francisco Franco pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba".

- "Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania".

- "Montó un régimen autoritario pero no totalitario"

Por cierto, 6.400.000 millones de euros nos ha costado la broma, sí, de su bolsillo también. Y fue impulsado por Aznar y Aguirre, que, casualmente, salen muy bien parados, como FAC. Y no como Negrín o Azaña, esos rojos republicanos (estos sí eran dictatoriales)

Pero si quiere alucinar de verdad, lea la biografía de Monseñor Escrivá de Balaguer, cuando se le aparece ¡no la Virgen, no! el propio Dios a explicarle como montar el negocio del Opus Dei. Los poderes sobrenaturales son la base de la historia científica, está claro.

En fin, que no levantamos cabeza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es alucinante que Franco tenga aún prestigio de líder entre algunos..

Anónimo dijo...

El verdadero problema, no es que Franco fuese un gran líder o que unos pocos le jaleen, que por cierto son muy pocos. El problema es que la gente se cree que la república fue un lugar de libertad, cuando fue un lugar de opresión, y un intento de hacer una dictadura comunista, y desgraciadamente de los que creen eso hay muchos. El problema, es que se cree que hubo un bando bueno y uno malo, cuando había uno malo y otro peor, o uno peor y otro malo.

las cenizas de ziegelbrenner dijo...

Carlos Marx en su magnifico libro "la revolución en España", apendice de articulos publicados en el new york daily tribune, ya nos define correctamente, España es un pais de ideas sin acción y acciones sin ideas.

La constitucion actual no tiene validez, fue sancionada por un Borbon impuesto por un dictador catolico. Este pais, hasta que no se deshaga de la momia del valle de los caidos y del concordato que favorece a los fanáticos seguidores de Escriva de Balaguer, no tiene el minimo de futuro.

Anónimo dijo...

Celebro que critiquemos las entradas de Francisco Franco y Felipez González, eso quiere decir que muchos ya habrán leidos los miles de entradas que van desde a la A hasta la G. Tengo ganas de saber sin indica que sigue siendo hijo adoptivo de Oviedo, por que asi le nombró la corporación municipal ovetense "republicana", tras sofocar la sublevación de octubre del 34. El artículo sobre Franco es indefendible pero lo que es absolutamente defendible y encomiables es la obra del Diccionario biográfico. Se podría haber hecho mejor, y se puede, las bases están puestas y es enmendar los desaciertos. Y defender la diversidad de enfoques asentados en criterios historigráficos