viernes, 13 de septiembre de 2013

Ley de Transparencia: gafas de madera

 
En ocasiones anteriores ya hablamos en este blog de la Ley de Transparencia y el derecho de acceso a la información pública. Nada podemos celebrar, después de reclamarla tanto, hoy que se ha aprobado. Sin consenso, por supuesto. Y nada de Derecho Fundamental, no, un derecho ordinario, sujeto a cualquier ley que permita denegarlo.

Este truño pestiñoso que nos sitúa por detrás de Ruanda (cuya ley, aprobada este año es mucho más avanzada) y a la cola del ranking internacional de transparencia, es otra PProducción ¡Qué se va a esperar de Caraplasma y sus compinches! La misma transparencia que aplican en su partido al caso Bárcenas la trasladan al Estado y así nos luce el pelo. Éramos los únicos que carecíamos de ella en Europa y a todos los efectos así seguimos.

¿Usted quiere saber qué cuentas echan para decir que es más rentable privatizar un servicio público que mantenerlo (hospitales, seguridad, comedores escolares…)? Pues va a ser que no. ¿Quiere conocer las cuentas de la Casa Real? Tampoco. ¿Lo que se aporta al mantenimiento y patrimonio de la Iglesia católica en todos sus frentes? Usted es una persona francamente ilusa, demostrado.

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