Me preguntabais por el texu. Ha decidido compartir mis sueños, envejecer conmigo. Y no le va tan mal, nuevos brotes han surgido de sus ramas y los Reyes le han traído un digno pedestal. Me acompaña en este viaje al fondo que realizo, en parte propiciado por el hastío de los estragos navideños, en parte porque me hallo en tránsito hacia la creación de un nuevo ser literario. Andan los espermatozoides por ahí, pero el óvulo aún no ha sido fecundado, debe elegir al mejor y es un proceso que no requiere prisa.
Cuando se pone fin a una novela (y no digo “termina”, pues sólo acaba cuando se publica) y otra pide paso, el pensamiento, el cerebro, la memoria, la inventiva, la mano… necesitan estar un tiempo en barbecho. Esa tierra que ha dado su cosecha necesita limpiarse, reposar, descansar, antes de abrir en ella nuevos surcos. En este momento en que me hallo, los textos se amontonan, las fuentes permanecen seleccionadas, revisadas en su pila; las historias hierven, los personajes se mezclan, se dibujan, se matizan, se nombran...
Sabes que ahí está esperando la siguiente, pero aún no sabes cómo empieza ni cómo termina. Son momentos de lectura compulsiva, de evasión, de digestión, oníricos… Las palabras se agolpan sin salida, te acechan en los renglones de los otros, esperando su hora. Continuamente te asaltan las historias por contar, las ideas fluyen de la nimiedad y riegan cual gotas de lluvia la tierra yerma. La alimentarán noche y día, dormida y despierta, hasta que florezca. Ahora toca sembrar, regar y esperar la luz.
Cuando se pone fin a una novela (y no digo “termina”, pues sólo acaba cuando se publica) y otra pide paso, el pensamiento, el cerebro, la memoria, la inventiva, la mano… necesitan estar un tiempo en barbecho. Esa tierra que ha dado su cosecha necesita limpiarse, reposar, descansar, antes de abrir en ella nuevos surcos. En este momento en que me hallo, los textos se amontonan, las fuentes permanecen seleccionadas, revisadas en su pila; las historias hierven, los personajes se mezclan, se dibujan, se matizan, se nombran...
Sabes que ahí está esperando la siguiente, pero aún no sabes cómo empieza ni cómo termina. Son momentos de lectura compulsiva, de evasión, de digestión, oníricos… Las palabras se agolpan sin salida, te acechan en los renglones de los otros, esperando su hora. Continuamente te asaltan las historias por contar, las ideas fluyen de la nimiedad y riegan cual gotas de lluvia la tierra yerma. La alimentarán noche y día, dormida y despierta, hasta que florezca. Ahora toca sembrar, regar y esperar la luz.
3 comentarios:
Que te de mucha magia el Texu.
Me alegro que hayas hecho ésta comunión simbólica con el texu.
El soporte o pedestal es digno de la Diosa.
Sin duda a su sombra se producira el descanso del gerrero(ra) para iniciar el nuevo ciclo de gestación.
Estamos contigo...
Saludos Geli
¿Qué es más importante el Texu o el pedestal?
¿Qué es más fuerte, el pedestal o el texu?
(El texu podría acabar con el pedestal...)
Norabuena Roxa. Espero la próxima con aaaaaaaaaaansiiiiiiiiiia...
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